Shopping Experience, ¿vendes productos o sentimientos?

Una de las mejores sensaciones de adquirir un nuevo producto o servicio, es a través de la experiencia de compra. Sabemos que las personas somos seres muy emotivos, y ciertamente, la adquisición de un artículo es algo que mueve nuestras emociones. Para una empresa, el proceso es verdaderamente un reto, pues se tiene que realizar una estrategia muy bien estructurada para lograr persuadir al consumidor.

Uno de los objetivos principales del marketing para cualquier marca es fidelizar a sus clientes; es por eso que, es primordial encontrar la forma de hacerle sentir especial cuando adquiera los productos o servicios que preste tu empresa.

¿Cómo se logra esto?

Antes de ofertarle cualquier artículo al comprador, debes conocerlo, saber sus gustos y preferencias, tener una noción de su estilo de vida, considerar tu segmentación y entender qué es lo que hace sentir valorado como consumidor. Todo tiene repercusión; el posicionamiento de tu marca, la jerarquía de cada elemento físico en el inmueble, la temperatura, la iluminación, la música, y la atención al cliente.

Cuando alguien compra algo, es como si se estuviese haciendo un regalo a sí mismo, por tanto, es de suma importancia que los empaques siempre sean impecables en diseño y estructura, que nunca pierdan el concepto de tu marca y que haga sentir sofisticado y/o satisfecho a tu cliente. Que se convierta en ese tipo de empaque que siempre guardas. Si haces sentir bien a un consumidor, el Marketing de boca en boca te dará excelentes resultados.

Lo que más vende una marca es precisamente esto, la experiencia y el estatus, por eso debe cuidarse meticulosamente cada aspecto del proceso para que genere resultados favorables. No solo se trata de lo tangible, también deben tenerse en cuenta a los consumidores que compran online, si vas a generar un sitio web de tu marca, debes asegurarte que su navegación sea simple, usar sabiamente los Call to Action y hacer sentir importante a tu cliente, aunque no pueda verte. Una marca tiene el propósito indirecto de vender sentimientos antes que productos o servicios, McDonald’s, por ejemplo, vende sonrisas, Starbucks vende estatus, Coca Cola vende felicidad, ¿tú qué vas a venderle a tu próximo cliente?